quinta-feira, 13 de setembro de 2012

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El pobre viejito estaba realmente cansado. Agotado. Estresado.
Hace millones de años cuando estaba en su plena juventud, no dudó un instante en poner manos a la obra, y crear el Universo.

Y tremendo Universo que se mandó!


Ahora estaba arrepentido. Tan enorme lo hizo, que le era imposible controlarlo todo a su edad. Ya ni se acordaba cuantas lunas tenía Erpitecón, ni si había poblado Xerpetratofero o no.


Realmente estaba envejeciendo.

Su presencia en aquella mesa de reunión, era totalmente dispensable. Seguía siendo el Director Presidente y además del poder de veto, tenía la última palabra, pero en la práctica…las decisiones las tomaban sus asesores. Unos jóvenes tecnócratas que se pensaban las sabían todas y que querían hacer de su creación, algo más moderno y dinámico.
Estos jovencitos corrían de una sala a la otra, llenos de papeles, gráficos, laptops, todo sudorosos y demostrando lo mucho que trabajaban. Que tontos –pensaba el viejito- Yo solito creé todo esto de la nada, y sin tanto revuelo. Pero tengo que tener paciencia, y necesito acompañar estos tiempos modernos.

Dio inicio a la sesión, y se leyó la primera moción presentada por el propio Director de Relaciones Públicas: Que se iniciara la sesión con una oración de agradecimiento.

Inmediatamente el viejito la vetó. Odiaba los chupamedias.

-¿Cuál es el segundo tema? Preguntó el anciano.

-El cierre definitivo de la Tierra, dijo el Director Financiero, (sabiendo que ese era un tema espinoso, ya que el anciano tenía algunos gratos recuerdos de ese planeta).
-Después de trabajar varias semanas, donde hicimos muchos análisis de costos, fluxogramas, organigramas,…
-Yo hice solo el Universo en 6 días, y me vienen con semanas de trabajo para eso? Quiero que en forma bien clara, me digan que es lo que quieren hacer!

Todos los ejecutivos ya se esperaban esto. Él no se daba cuenta que si bien fue importante su tarea, ya la época de los pioneros había caducado. Hoy había que darle paso a los técnicos, a los profesionales, a los especialistas.


-Tenemos que cerrar la Tierra, dijo firmemente el Director de Finanzas. Si bien en su momento fue bueno y productivo, hoy se ha transformado en algo que no solo no da lucro, sino que tenemos que desviar recursos que necesitaríamos para otros lados. Es algo que no tendrá nunca retorno. Todo a fondo perdido. Debemos cerrarla antes que comprometa todo el grupo.

-¿Y si le mandamos un poco más de petróleo y algunas toneladas de oro y diamantes? Aventuró el Director de Recursos Humanos, bastante preocupado.
-Sería alargar la agonía. Ellos van a despilfarrar, quemar, evaporar, y destruir todo como hasta ahora. Ni que hablar de cómo se van a matar por adueñarse de nuestro subsidio.
-Al decir cerrarla…está diciendo eliminarla? Preguntó el anciano.
-Efectivamente. Lo hacemos todos los días. Es raro la semana que no explotamos un par de docena de estrellas. ¿Cuántos planetas ya hicimos desaparecer, inclusive más grandes que la Tierra?
-No sé….no sé si haríamos bien…
-Con todo respeto Director Presidente y discúlpeme el atrevimiento, creo que Usted se equivocó en ese planeta cuando puso como primeros colonos a esa parejita…Adán y…no me acuerdo…eran muy ingenuos, sin iniciativa…
-Pero fue divertido! Todo un culebrón jajajajaj.
-Habrá sido, pero hoy ya no es rentable, y da un pésimo ejemplo a los demás planetas. Pido se vote inmediatamente.
-Momento..momentito… -interrumpió el viejito-.
Denme una semana para pensarlo.


PD:

Desde hoy comenzó a correr la semana.



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