quinta-feira, 19 de janeiro de 2012

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A partir de mañana andaré loca de trabajo.
En un mundo loco, donde las locuras ya ni nos sorprenden, recurriré a los huesitos de la Catacumba, para tocar temas de locos.
De locos no. Perdón. De bichos filósofos, y de psiquiatras / pacientes. Todos al borde de un ataque de nervios (parafraseando Almodóvar).

Tutti Veríssimo.


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Compraron el lorito con la garantía de que era un papagayo muy conversador. No se callaba la boca. Iba a ser muy divertido. No hay nada más cómico que un lorito, con esa voz de zafado, con aire sobrador, y diciendo lo que le viene en gana, a la hora que le viene en gana.

Pero este loro era diferente.
Desde el momento que llegó a la casa, el lorito fue rodeado por los niños. Al poco rato, uno de los hijos le fue a preguntar al padre:

-Papá, quién es Kierkegaard
-El qué?...¿Quién?

El papagayo estaba citando Kierkegaard para los niños.
Algo sobre la insignificancia del Ser frente a la Nada. Y haciendo una aclaración que, al contrario de Kierkegaard, él no encontraba la respuesta en una racionalización de la creencia cristiana.
El padre mandó que se alejaran los niños y encaró el papagayo.

-Lorito...dame la patita..
-Porqué? Respondió el loro.
-Cómo por qué? Porque si.
-Esa respuesta es inaceptable. A no ser como corolario de un posicionamiento más amplio sobre la gratuidad del gesto, mientras que...
-Basta!
-Basta si. Yo también siento una cierta saturación con mi propia compulsión analítica. ¿Que fue lo que dijo el bardo? “El mundo está demasiado en nosotros”. Pero que hacer? Estamos condenados a la autoconciencia. Existir es cuestionar, como dice...

El padre intentó devolver el loro, pero no lo aceptaron de nuevo. La garantía era que el loro hablaba. No garantieron que fuera gracioso.
Y el papagayo realmente no paraba de hablar.

Un día el padre llegó a casa después del trabajo, y fue recibido con la noticia de que la cocinera había intentado suicidarse.

-Ramona?...Siempre tan dispuesta y alegre?
-Fue el papagayo.
-El papagayo?
-Fue él quien le llenó la cabeza con lo inútil de la existencia, la indiferencia del universo...y yo que sé cuantas cosas más..!!!

Esto no podía continuar así. Los amigos que iban a visitarlos esperando divertirse con el lorito depresivo, al comienzo reían mucho. Sacudían la cabeza y comentaban

-Vaya, vaya, con el lorito filósofo!

Pero después de un tiempo, quedaban serios. Salían cabizbajos y deprimidos.

-Sabes que algunas cosas que el dice...Yo nunca había pensado en esa cuestión que el colocó, sobre la transitoriedad de la materia...

Los vecinos reclamaban. El negativismo del loro, recorría todas las cocinas del edificio, por el ducto de aire de las cocinas. Como si tuvieran pocos problemas con el costo de la comida que aumenta todos los días, todavía tenían que pensar en lo finito de la vida humana?

El papagayo debía ser silenciado, por el bien de la salud mental de todos.
Fue en una madrugada...
El padre entró en la cocina, encendió la luz, interrumpiendo una disertación crítica sobre Camus, que el lorito –que era Sartreano- hacía en lo oscuro.
Cogió una cuchilla grande, la más afilada...

-Humm..-dijo el papagayo-. Entonces va a ser así?
-Va.
-Ta bien...Ud. tiene el poder... Y la cuchilla. Y yo soy apenas un papagayo, y estoy preso en esta jaula... ¿Pero Ud. Ya pensó en el acto que va a cometer?
-Es la única solución. A no ser que me prometas, que nunca más va a abrir ese pico.
-Eso no lo puedo hacer. Soy un lorito parlanchín. Biología es destino...
-Entonces...
-Espere un poco. Ya pensó en la inmoralidad de su gesto?
-Pero Ud. mismo dice lorito, que la moral es relativa. En términos absolutos, en un mundo absurdo, donde ningún gesto es más o menos inmoral que el otro.
-Si, pero estamos hablando de su moral burguesa. Mismo ilusoria, ella existe en cuanto determina su sistema de valores.
-Si, pero...
-Espere ahí. Déjeme terminar...Siéntese ahí y vamos a discutir esa cuestión. Wittgenstein decía que...

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2 comentários:

Anônimo disse...

...Me reí un buen rato. ¡Luego dicen de los gitanos de aquí, de este lado del charco!
Yo conozco un parque en el que hay loros de esa etnia.

Hablando de loros, me acordé de otro que compró un amigo para sorprender a su mujer y para que le hiciera compañía en sus horas de soledad.
Se presentó en la tienda y se fijó en un loro precioso...
.-¿Cuánto cuesta.- le preguntó al vendedor.
-5000 Euros-
.-¡Pero eso es una barbaridad por un loro piojoso!
Cuando ya se marchaba el hombre con cara de inmenso cabreo, el propio loro lo llama:
Pssss, pssss, oiga señor, ¡ofrézcale 100 ya verá como me vende. ¿No se ha dado cuenta de que no tengo patas?
¡joder, pues es verdad, ¿y entonces cómo es que no te caes de ese palito?
.-Pues porque la naturaleza me ha dotado de un pene tan largo que puedo enrollarlo al palito y así me sujeto.-
Al final mi amigo consiguió el loro por 50 euros y el señor de la tienda le regaló la jaula.
Llegó muy contento a casa y puso al loro en la cocina para que lo viera su mujer cuando se despertara. Él se fue al trabajo que ya llegaba tarde.
Ya por la noche, cuando regresó, cansado de trabajar, entró en la cocina y apenas se acordó del loro, pero....

psssss, psssss.-El loro le llamó-
¿Qué pasa loro?
-Pues que esta mañana, al rato de tú irte, llamaron al timbre-
.-Bueno, ¿Y qué pasa con eso?
-Que era tu vecino preguntando si tú ya te habías ido-
-¡Cuéntame inmediatamente qué pasó!-

-Pues....que tu mujer, se quitó la bata de andar por casa, debajo llevaba un exquisito "picardías" que apenas disimulaba su anatomía.-

- ¿¿¿Y qué más pasó, cuenta ya???

-Pues que tu vecino comenzó a piropearla de forma muy provocadora y ella al ritmo se una música muy erótica se quitó el picardías....-

--¡¡CUÉNTAMENE INMEDIATAMENTE QUE PASÓ DESPUÉS!!.-

-Pues- dijo el loro- la verdad es que no sé lo pasó luego, yo ya no lo sé. Me caí del palito y al dar con la cabeza en el suelo, perdí el conocimiento....


un saludo y un beso a la anfitriona


(y otra vez mil perdones, pero la que calla....¡Otorga!)

Zampa

Esquizofelia disse...

Muy bueno!

Me acordé de uno parecido.
El marido viajaba mucho y quedaba por largos períodos fuera de su hogar.
Un día la esposa se estaba aprontando para salir, y el lorito comenzó:

-Pero que lindo te queda ese peinado!
-Que vestido precioso, se ajusta a tu silueta.
-Mmmm que perfume tan cautivante..

El marido queda intrigado, ya que él nunca le dijo esas cosas a su esposa. ¿De quién las había aprendido?

Cuando la mujer se fue, comenzó a pasearse frente al lorito con pasos todos femeninos. Pero el lorito solo miraba.
Se puso peluca, un vestido de la mujer, se puso el mismo perfume y comenzó a desfilar frente al loro todo afeminado.

-Lorito…lorito….Y a mi no me dices nada¿
-Que aparte de cornudo, eres un travesti repugnante!

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