sábado, 8 de setembro de 2012

.




Hace muchos siglos, en un valle muy fértil vivía una colectividad de labradores.
Todos vivían en armonía, de su trabajo y casi felices.
Ese casi, debíase a que en las montañas cercanas, moraba un Dragón.
Cuando los labradores comenzaban a escuchar su silbido, comenzaba el terror.
Sabían que el Dragón estaba con hambre y que en cosa de horas o pocos días, bajaría a atrapar alguno de ellos, para llevárselo a las montañas y comérselo.
 

Cuando ya estaban decididos a abandonar el valle, acertó a pasar un monje pidiendo asilo por unos días.
Los labradores le contaron la difícil situación que estaban viviendo, y solicitaron si él -con su gran sabiduría-, podía solucionarles el problema.
A la mañana siguiente, el monje subió la montaña y fue a la cueva donde vivía el dragón.
Luego de explicarle la situación de continuo terror de los habitantes del valle, le preguntó si él estaba dispuesto a llegar a un acuerdo.
El dragón le explicó, que para nada su comportamiento era para aterrorizar a las personas. Que simplemente lo hacía, cuando tenía hambre.
En pocos minutos, llegaron a un acuerdo.
El monje le pidió de dejara de comerse personas, a cambio de que los labriegos semanalmente le trajeran a su cueva alimentos.

En el valle fue todo fiesta y alegría.
Inmediatamente salió un emisario cargado de comida hacia la montaña y casi colorín colorado, este cuento se ha acabado. 

De nuevo la palabrita casi.
 

Con el correr del tiempo y ya disfrutando de esa paz que hallaban definitiva. Los encargados de llevarle comida al dragón, comenzaron a hacer menos frecuentes las visitas con alimentos.
Primero era cada semana, después cada diez días, después cada veinte, cada treinta...
Ahí entonces, fue el dragón que llamó al monje:





 -Me engañaste.
-Yo?...Por qué?
-Mira como estoy. Piel y huesos por haber cumplido nuestro acuerdo.
-Pues te equivocas dragón. Fuiste tu el que no entendiste el acuerdo.
-Yo? Es que acaso lo he quebrado? Tu me pediste que no comiera más labriegos y lo cumplí. Por eso estoy así.
-No me refiero a eso Dragón. Yo te pedí que no comieras más gente, pero NUNCA te pedí que dejaras de silbar.

 

Debe ser por esto que nunca amenazo a nadie...Simplemente no paro de silbar.


...

Nenhum comentário:

Seguidores