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Ya es de noche, el matrimonio está en la cama programando las tareas del día siguiente.

-Mañana tengo una reunión de directorio. Vamos a ajustar el cronograma para el año que viene. ¿Puedes llevar tú los chicos al colegio?

-Claro, mi amor.

-Los muebles están llenos de polvo.

-Ta cielito, limpio.

-El lavadero lleno de platos sucios.

-Los lavaré.

-Mañana voy a traer unos colegas para almorzar.

-Cuantos?

-Tres. Te esmeras con la comida, OK?

-Podrías haber avisado antes, no?

-Lo decidí ahora. Falta alguna cosa?

-No sé...

-Tu nunca sabes nada. Después de llevar los chicos, vas al supermercado.

-Bien. No te olvides de dejarme dinero.

-Joder. Solo me das gastos. Por lo menos no te olvides de poner mi cervecita en la heladera, ta?

-Ta. No me olvido.

-Pero no dejes que se congele, si?

-Todo bien.

-Mañana va a ser un día de perros. Mucho trabajo. ¿Y de tarde, que vas a hacer?

-Tenía ganas de ir al Shopping. Hace tanto que no voy...

-Shopping? Porqué mejor no te consigues un empleo de medio horario?

-Ta difícil, amor.

-Tu solo sabes gastar dinero. ¿Quién te mandó dejar de estudiar?

-Yo sé...

-Este negocio de quedarse en casa sin hacer nada...

-Disculpa amor. Son muchas cosas para una persona sola. Los chicos, lãs compras, limpiar la casa, hacer de comer, ir al banco, los platos, la cervecita helada...

-Para, para, para...Quién se mata todos los días para mantenerte y a los chicos y a la casa?

-Tu Maritza.

-Entonces Fernando, ve si por lo menos no reclamas tanto! Y apaga la luz que quiero dormir.

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