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Dinero no trae felicidad.
Cuando un pobre dice esto, es para disfrazar su falta de ambición.
En la boca de un rico, la frase sirve para espantar la posible competencia.
Religiones viven inculcando que la pobreza es una virtud, y que la codicia es un pecado. Pero la mayoría de sus representantes, se transforman en millonarios.
Son rarísimos los casos de ricos, que hallaron que volver a ser pobres era una  idea maravillosa.
Buda por ejemplo hizo eso...Pero eso fue hace siglos!!

El tratar de acumular riquezas, es algo que está en la humanidad desde que la primera neurona comenzó a funcionar.
Felizmente todavía existe mucha gente, que está convencida que lo importante mismo no es ser rico, sino apenas tener lo suficiente para llevar una vida decente, o sea: 20 mil euros por mes, mas beneficios indirectos y participación en los lucros de la empresa. Casi nada, no?

El problema para conseguir eso, es algo llamado estadística.

Las estadísticas demuestran que cada mil personas que entran al mercado de trabajo, solo uno va a llegar a conseguir ese trabajo, con esa paga tan decente.
Pero las estadísticas también muestran que a cada día, 8 millones de rayos caen sobre la tierra. Entonces a cada tres años, cae un rayo para cada ser humano. Por lo tanto, la chance de ser atingidos por lo menos por un rayo, en el período de 10 años....es total!
Ahora yo pregunto: ¿ alguien conoce el caso de alguna persona amiga, que haya sido fulminada por un rayo?

Entonces la gran pregunta es: ¿qué hay de errado con las estadísticas?
La respuesta es: ellas solo sirven para intimidar a los que creen en ellas.

Una chance en mil de ganar bien, es una chance enorme!!
Pero para quien tiene una buena formación universitaria, habla varios idiomas y conoce media docena de profesionales bien situados, la chance sube de uno para cincuenta.

La cuestión ahora es de optimismo o pesimismo.

Los optimistas luchan y buscan todos los días el camino al éxito. Frotan cuanta lámpara encuentran, porque saben por muchísimos ejemplos, que el Genio de la Lámpara existe. Se actualizan y se especializan aún más en su profesión. Es la única manera de llegar a ganar, lo que ellos realmente merecen.

Los pesimistas se esconden y adoptan posición fetal, porque temen que un día sean alcanzados por un rayo.

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