quarta-feira, 6 de junho de 2012

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Los otros días fue cómico.
Estaba en un supermercado, y abrí unas sales de baño para sentirles el perfume.
En eso una voz gruesa y autoritaria a mis espaldas, me sacó de concentración:

-De nuevo con esa manía de meterte todo lo que encuentras en la boca!!!

Me dí vuelta rápido y ya pronta para explicarle que solo estaba sintiendo el perfume, cuando me percaté que era un Señor con su hijo pequeño, que ya tenía metido medio desodorante en la tráquea.
 

Si no supiera que lo que yo estaba haciendo estaba mal, ni me hubiera dado vuelta.
Pero...

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