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Aquí en Brasil era una vergüenza.
En las vidrieras de las lojas uno leía el precio de un artículo y entraba a comprarlo.
A la hora de pagar, era que venía la sorpresa.
-¿Pero como? Estos zapatos en la vidriera están a 60 Reales.
-No Señorita, no leyó abajo del precio?
Realmente...En letra microscópica dice: X 3 Es decir: tres cuotas de 60.
Por suerte desde hace unos 4 años, el Instituto del Derecho al Consumidor ha tomado mucha fuerza.
Tanto es así, que les cuento una anécdota:
Casa Bxxx (como no me paga, no le hago publicidad), es una loja enorme, con cientos de sucursales por todo el país.
Un día hizo una promoción en la que sorteaba entre todos los clientes: “Un camión lleno de electrodomésticos”.
La publicidad mostraba cientos de electrodomésticos siendo subidos a un enorme camión, y al final, una hermosa muchacha decía:
-Todo esto es para Ud. querido cliente. Qué está esperando? Sea nuestro cliente y bla, bla, bla.
Lógicamente que alguien lo ganó.
Le descargaron todos los productos en la casa del feliz ganador –por supuesto que con muchas cámaras de los publicitarios grabando,- y cuando se retiraban, el Sr. de casa los detuvo:
-Momentito...El camión también es mío.
Después de casi dos años de pleito, la justicia dio parecer a favor del cliente.
El famoso “un camión lleno de electrodomésticos”, sumado a la garota que apuntaba al camión cargado y decía: “Todo esto es para Ud. querido cliente”, fueron argumentos suficientes para que el juez apoyara al demandante.
Este caso lógicamente sentó jurisprudencia, y una avalancha de procesos inundó las cortes. Ahora los comerciantes tienen que pensar –y muy bien- la forma correcta e inequívoca de promocionar sus productos.
Aunque la Justicia es ciega, les aseguro que la mayoría de los jueces, también estaban cansados de servir de payasos a estos malos comerciantes.
Las cosas mejoraron –y mucho- pero se sigue engañando al consumido. Aunque ahora son más sofisticados.
Todavía hay supermercados que avisan por ejemplo, un producto a mitad de precio, y ponen entre paréntesis (Hasta agotar stock). Muchos corren a comprarlo pero siempre llegan tarde. La verdad es que el stock no llegaba a una docena, pero...ya que estamos, compramos algo. Ahí está la trampita.
Disculpen lo extenso de mi aporte.
Cuando en el colegio dieron poder de síntesis, yo falté.
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Aquí en Brasil era una vergüenza.
En las vidrieras de las lojas uno leía el precio de un artículo y entraba a comprarlo.
A la hora de pagar, era que venía la sorpresa.
-¿Pero como? Estos zapatos en la vidriera están a 60 Reales.
-No Señorita, no leyó abajo del precio?
Realmente...En letra microscópica dice: X 3 Es decir: tres cuotas de 60.
Por suerte desde hace unos 4 años, el Instituto del Derecho al Consumidor ha tomado mucha fuerza.
Tanto es así, que les cuento una anécdota:
Casa Bxxx (como no me paga, no le hago publicidad), es una loja enorme, con cientos de sucursales por todo el país.
Un día hizo una promoción en la que sorteaba entre todos los clientes: “Un camión lleno de electrodomésticos”.
La publicidad mostraba cientos de electrodomésticos siendo subidos a un enorme camión, y al final, una hermosa muchacha decía:
-Todo esto es para Ud. querido cliente. Qué está esperando? Sea nuestro cliente y bla, bla, bla.
Lógicamente que alguien lo ganó.
Le descargaron todos los productos en la casa del feliz ganador –por supuesto que con muchas cámaras de los publicitarios grabando,- y cuando se retiraban, el Sr. de casa los detuvo:
-Momentito...El camión también es mío.
Después de casi dos años de pleito, la justicia dio parecer a favor del cliente.
El famoso “un camión lleno de electrodomésticos”, sumado a la garota que apuntaba al camión cargado y decía: “Todo esto es para Ud. querido cliente”, fueron argumentos suficientes para que el juez apoyara al demandante.
Este caso lógicamente sentó jurisprudencia, y una avalancha de procesos inundó las cortes. Ahora los comerciantes tienen que pensar –y muy bien- la forma correcta e inequívoca de promocionar sus productos.
Aunque la Justicia es ciega, les aseguro que la mayoría de los jueces, también estaban cansados de servir de payasos a estos malos comerciantes.
Las cosas mejoraron –y mucho- pero se sigue engañando al consumido. Aunque ahora son más sofisticados.
Todavía hay supermercados que avisan por ejemplo, un producto a mitad de precio, y ponen entre paréntesis (Hasta agotar stock). Muchos corren a comprarlo pero siempre llegan tarde. La verdad es que el stock no llegaba a una docena, pero...ya que estamos, compramos algo. Ahí está la trampita.
Disculpen lo extenso de mi aporte.
Cuando en el colegio dieron poder de síntesis, yo falté.
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