El marido llega del trabajo y encuentra su esposa haciendo las valijas.
-Pero que pasa? Porque estás haciendo las valijas?
-Porque quiero divorciarme.
-Divor...divo...pero porqué?
-Porque me fuiste infiel.
-Yoooo? Nunca! Te he sido fiel desde que te conocí.
-Anoche te vieron entrando en el Motel Tal.
-Pero que estás diciendo?
-Lo que escuchaste. Dos amigas vieron cuando entrabas con una morocha.
-¿Pero me estás tomando el pelo? La morocha eras tu.
.-Si, pero mis amigas solo te vieron a ti. A mi no me reconocieron.
-Pero tu sabes bien que...
-Eres tú el que tiene que saber (interrumpe) que mis amigas y yo, no perdonaríamos nunca la infidelidad.
-Pero tu sabes bien que no te fui infiel! Es muy fácil que se lo expliques.
-Explicarles que? Que fui con mi marido a un motel? Eso está mal mirado por nosotras. Además pensarían que les estoy mintiendo para salvarte.
-Pero tu no puedes irte...yo te amo...
-Lo siento, lo siento muchísimo, pero no puedo hacer nada.
En eso, el marido recibe una llamada en su celular.
Lo único que se le escucha decir es un repetido: no me diiiigas, no me diiiiigas, no...
La mujer trata de salir con las valijas, pero el hombre se planta firme en la puerta.
-No te vas a ir así nomás.
-Así nomás cómo?
-Acabo de recibir una llamada de un amigo.
-Y a mi que me importa?
-Me contó que te vieron entrando anoche al Motel Tal.
-Pero tu bien sabes que estábamos juntos.
-Si...Pero mi amigo no. Solo te reconoció a ti con un hombre y yo no voy a quedar como un cornudo.
-Ok; estamos iguales. Ahora apártate y déjame salir.
-No lo vas a hacer. No puedo permitírtelo así nomás.
-¿Así nomás cómo?
-Si, si...Lo siento. Lo siento muchísimo... pero tengo que darte tremenda paliza!!!
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