segunda-feira, 2 de abril de 2012

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Soy una asesina.
Yo mato personas.

Pero no como todo el mundo, usando las manos o armas.
Soy diferente.
Solo necesito enojarme con ellas....Y pensar.

Este don, nació poco a poco. Me di cuenta por primera vez en la escuela.
Tal vez por ser alta, flaquita y con aparatos en los dientes, los chicos me tomaban mucho el pelo. Me hacían poner muy triste.
Un día Jorge no vino más a la escuela.
Jorge era el grandote de la clase, que varias veces me dio coscorrones fuertes en la cabeza.
Al cabo de un tiempo, tomé coraje y le pregunté a la maestra que había pasado con él.
Ella me miró y con cara de sorprendida me dijo:

- ¿Qué Jorge?

Después de algunos otros desaparecimientos, comencé a darme cuenta que las cosas estaban relacionadas. Las personas que yo quería que desaparecieran...desaparecían!
Lo peor es que no solo físicamente. Era como si nunca hubieran existido.
Las otras personas simplemente dejaban de recordarlas.
Yo sola era quien las tenía presentes.

Al principio encontré que eso era un don.
Podía eliminar de mi camino todos aquellos que no me gustaban o molestaban, más fácilmente que chasqueando los dedos.
Solo que con el tiempo descubrí, que es imposible gustar todo el tiempo de una persona.
Comencé a percibir, que personas las cuales me gustaban mucho, desaparecían también. Solo por el hecho de una pequeña discusión.
Es que es muy difícil controlar los pensamientos como para que en algún momento no se nos escape un: “muérete idiota”.

Como resultado, yo casi no tenía amigos, ni novios.
Especialmente los novios desaparecían bien rápido, lo que me dejaba súper triste, ya que no era fácil conseguir uno con mis pocos atributos físicos.
En aquella época los noviecitos querían toquetearte desde el primer día, y eso me daba rabia. Rabia suficiente para...

Vi que con las chicas, las cosas eran menos conflictivas, por lo que decidí dejar pasar un tiempo; para más en el futuro pensar en novios.
A mi casa únicamente venían chicas. Solo salía con chicas. Las llamadas por tel. nunca eran de chicos.

Esto no era normal.

Yo quería tener mis novios. Enamorarme con ese amor de quinceañera que duraría para toda la vida, aunque solo fuera un par de semanas.
Todo esto acabó por dejarme muy triste y abatida. Ya casi no salía de casa.

Antes de ayer mi madre percibió eso y entró a mi cuarto para una conversa.
Ella entró, se sentó a los pies de la cama, miró bien para mi cara y me disparó:

- Hija, tu eres lesbiana?

Qué rabia me dio!!!
¿No podría haber tenido otro tipo de pregunta, para sondear juntas el problema y quizás encontrar una solución? Es que los únicos problemas que tenemos los hijos están relacionados con estudio, drogas o sexo?

Mamá desapareció.

Hoy le pregunté a papá por ella, me dice que murió cuando yo nací.
Le muestro las fotos de ella, de hace pocas semanas, todos juntos...
Me responde ambiguamente, como si tuviera una laguna, una amnesia parcial.

Qué mal me siento.

Cómo me odio!!!!

Me gustaría desap

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