sábado, 11 de fevereiro de 2012

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Estaba embarcando en Río con destino al norte, para llevar un aparatito de la empresa a cambiar porque se rompió, y no se podía esperar los trámites normales.
Tiene el tamaño de una filmadora, pero muy, muy pesado. Algo así como una batería de auto. Como no me gusta llevar mucho equipaje de mano, lo puse en la valija junto a mi ropa.

Cambio el tema pero no lo cambio.

¿Ya vieron como mudan las personas cuando se caen dentro de un uniforme y les prestan un poquitito de poder?
Se transforman en la última Coca Cola en el desierto, se creen el ombligo del mundo, y se adueñan de unas ínfulas que ya te cuento!
 
Uno siempre espera que la cordialidad de los latinos, subsane cualquier malentendido. Pero en este caso no.
Tratándose de las empleadas de United Airlanes, iufff.
Se olvidan que son brasileiras trabajando para una empresa americana, y no las hijas de Obama.

-Son 64 dólares, me ladró ya de mala manera
-¿De que? Pregunto yo.
-De sobre equipaje.
-Pero si son apenas...
-Son 64 dólares, me interrumpe y ya con los brazos en jarra.

Tranquilamente, retiro mi valija de la balanza y comienzo a abrirla para sacar el bolsito de plomo.

Mamma mía....Que escándalo!!!
Que yo no podía hacer eso, que la valija ya había sido despachada (mentiras) y otro montón de cosas. Pero todo eso a los gritos! Fue tan grosera y autoritaria, que me hizo sentir como si yo hubiera cometido un delito.

Ahí puse en práctica un antiguo pero eficaz método de no discutir a gritos, de no gastar sustancia gris pensando argumentos, y sobre todo...ganarla y dejar “calentito” al contrincante.
En un momento que paró e gesticular y gritar, en mi mejor portugués le dije:

-Que te den por culo.
-Co..co..coooooomo?
-Que te den por culo.
-Nunca había visto nada igual!
-Que te den por culo.
-Ud. es una mal educada!
-Que te den por culo.
-Voy a llamar al suprvisor!
-Que te den por culo.

Cuando llegó el Supervisor, yo ya había sacado el maldito aparatito, y lo tenía colgado en mi hombro como un pequeño bolso.
Le expliqué la situación, y el Suprvisor (un bombón de lindo) me dijo que de ninguna manera cargara eso. Él mismo lo puso dentro de mi maleta, y a la barriga del avión!
Cambiamos tarjetas, dos besitos en la mejilla como acostumbramos aquí, y a otra cosa mariposa.

La empleada de la GESTAPO quedó destilando veneno.

Cuando me devolvió el pasaje y el pasaporte, toda falsa y con voz angelical me dijo:

-Esquizofelia, El Señor y yo igual la amamos y perdonamos.
-Pues que le den a los dos por culo.

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No se si el Señor estaba de mi lado en la discusión, o estaba durmiendo a la hora de ofenderlo, pero la cosa fue que el avión no se cayó y el vuelo fue muy tranquilo.


...

Um comentário:

Anônimo disse...

QUE TE DEN POR CULO
buenísimo método. Lo voy a emplear con muchos.
Ju.

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