quinta-feira, 5 de abril de 2012

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Es muy difícil que yo escriba algo sobre Dios, ya que casi siempre acaba en una polémica, en donde unos tienen razón y los otros están rotundamente equivocados.
Porque sobre esto no hay la menor duda: o Dios existe, o no existe. Ahora...quién es el que está equivocado? Ahí es que entran en juego un montón de apreciaciones personales, sentimientos, razonamientos auto-creados o adquiridos, subjetivismos y un sin fin de cositas, que a quien los esgrime, los hace dueño de su verdad.

¿Cual verdad?


Una muestra de no-fanatismo y tolerancia, sería dar un pequeño margen, a la idea de que podemos estar equivocados. Pero....ta difícil.


Todo este preámbulo, viene a tono porque un ex-noviecito que tuve en la secundaria, murió al estrellarse la avioneta que pilotaba. Toda una tragedia, ya que también lo acompañaban su esposa y una hijita. Buscando en la internet más datos sobre este accidente, me tope con un site cristiano donde bajo el título de “Milagro de Dios”, comentaba sobre el acuatizaje de un avión en el río Hudson en New York.


Para los que no se acuerdan, fue el caso de un A320 con 155 pasajeros a bordo, que consiguió acuatizar suavemente, después de haberse quedado con las dos turbinas deshechas por una bandada de pájaros, saliendo ilesos pasajeros y tripulación.


Eso de quitarle protagonismo, inventiva, capacidad y valentía al hombre y atribuírsela a Dios, no me gusta nada. Cuando se salvan todos es milagro de Dios. ¿Cuando todos se mueren, es milagro del diablo?


Este accidente tuvo un héroe: Chesly “Sully” Sullenberg III, el Comandante del avión. Un piloto de 57 años, que tuvo la capacidad de enfrentar lo que de peor le puede pasar a un avion: pérdida total de los dos motores.

Mientras los pasajeros rezaban, el Comandante Sullenberg confió su vida a una autoridad más eficiente: 40 años de experiencia. Piloto de guerra, consultor de la NASA en asuntos de seguridad de vuelo, diseñador de sistemas de alarmas aeronáuticos etc.
Es decir: el hombre cierto, en el lugar cierto, a la hora cierta.
El hombre desliga todos los computadores de la nave y posa suavecito sin que nadie se machuque.
Y hay gente que dice “Ah...que fantástico...fue milagro...”
Milagro nada!
Milagro hubiera sido si mi abuelita -que nunca ni siquiera jugó Flight Simulator- hubiera estado en los controles, y los resultados hubieran sido los mismos.

Bueno....bueno....

Creo que estoy siendo un poco drástica.
Ok, voy a creer que fue milagro.
Que fue la mano de Dios que guió el piloto hasta que la aeronave se detuvo. Yo respeto.

Ahora...solo si me dicen primero, quién fue el que puso la bandada de patos frente al avión.


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