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Ayer desde que me levanté, noté a mi papá preocupado.
Entraba y salía de la cocina con una cosita en la mano. De lejos parecía esas publicidades que se pegan con imán en las heladeras.
Curiosa como soy, -pero sin preguntarle- veía como infructuosamente trataba de que se quedara colada en la puerta. Y nada.
Le pasó una lija finita bien suavecito y tampoco.
Me fui a trabajar y me olvidé del asunto.
Cuando volví, algo aparentemente horrible había pasado.
-Esquizo, dile a tu padre que la cena está pronta.
Me di cuenta que no tenían diálogo, porque mi padre estaba a mi lado cuando dijo eso.
Ahí me acordé del famoso cartelito.
La puerta de la heladera estaba con prácticamente un hueco. Toda la pintura rayada.
Alguien aparentemente la había rascado con un cuchillo, como si hubiera tratado de ver lo que había adentro, sin abrir la puerta.
Ahí entonces es que me di cuenta de la causa del casi-divorcio de mis padres.
La publicidad de la farmacia, no era con imán. Tampoco tenía alguna sustancia para adherirla provisoriamente a ningún lado. Era una simple publicidad.
Por eso mi padre usó Poxipol de secado rápido.
Por eso mi madre poco comprensiva, le dijo que no quería ver esa publicidad en la heladera y que la sacara YA!!
Con una mirada, lo interrogué sobre por qué había hecho eso.
Mi viejo levantó los hombros y con gesto infantil me comentó bajito:
-Igual la heladera ya estaba vieja....!!!
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Um comentário:
jajaaja. ¡Coño! me cae bien tu padre.
O se es práctico en la vida o te comen las moscas....
jajajaajaj. Me hizo gracia porque un servidor ha hecho alguna de esas...(no en la puerta de la nevera....¡Dios me libre!)
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