sábado, 7 de abril de 2012

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Mi amigo Gerardo está con una duda:
Él dice que sabe hacer varias cosas, pero no sabe bien como aprovechar esa suma de habilidades.
En los últimos 5 años ya trabajó con informática, publicidad, periodismo, ventas y hasta ya fue guía turístico. El problema es que cada vez que va a hacer una entrevista de trabajo, el no transmite seguridad al entrevistador.
Lo que Gerardo trasmite un enorme signo de interrogación.
Queda en el aire, aquella desconfianza de que mi amigo, no sabe bien lo que quiere en la vida.

Gerardo sufre el síndrome llamado en el medio corporativo, de Leonardo Da Vinci.

El famosísimo Leonardo sabía hacer tantas cosas, que casi no tuvo tiempo de terminar ninguna. Salvando La Gioconda y algunas otras pocas cosas, lo que él más dejó, fueron esbozos, rasguños y proyectos (la mayoría en código).

Por lo tanto para Gerardo, hay dos alternativas: O intenta entrar para la historia como Leonardo Da Vinci, o intenta entrar en una empresa.

Para entrar en una empresa, hay que elegir lo que se sabe hacer mejor y dejar el resto de lado.
Lo mismo ocurre para la persona que tenga un único talento.
Personas así, están siempre pensando en hacer cursos para adquirir múltiples habilidades. Profesionalmente, esto solo funciona, si la persona consigue mantener el “Foco” en aquello que realmente sabe hacer. Caso contrario, habrá dispersión de esfuerzos. Y ahí, alguien que es óptimo en una cosa, se transforma en más o menos... en muchas cosas.

Por eso, quien tiene un talento, debe invertir en ese talento.

No es cuestión de ser especialista o generalista. Es una cuestión de aprovechar al máximo un don natural.
Ser versátil es bueno. Ser maleable también. Pero por encima de todo, es necesario mantener el Foco.

Si viviese hoy, Leonardo da Vinci tendría que optar entre ser ingeniero, pintor, escultor, o inventor.
Caso contrario, solo le quedaría la posibilidad de abrir una empresa, en sociedad con mi amigo Gerardo, lógico!

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